Lunes, ocho de la mañana, sábanas revueltas, almohada mojada, toda la noche llorando.
La chica de la sonrisa permanente, se siente sola, está vacía por dentro, ya no es la misma de antes, no es feliz aunque aparente todo lo contrario.
Nadie sabe lo que ella sufre cada día por su culpa, quien dice quererla no hace más que hacerla sentir inferior, ella cree que sin él no es nadie, está anulada como persona, no se atreve a hacer nada sin su aprobación.
Lo ha perdido todo por él, amigos, familia, estudios, incluso a sí misma, quiere dar el paso de acabar con todo y empezar de cero, pero no puede, no se ve capaz, lo necesita en su vida, o eso cree.
Está harta de gritos, de reproches, de palabras hirientes, de exigencias, de celos tontos sin motivos, ya no es una niña, nadie debe decirla lo que debe o no debe hacer.
Mira su móvil, un mensaje suyo "Cariño, siento lo de ayer, no volverá a pasar, te quiero", tira su móvil contra la cama, sabe que no es así, está cansada de sus disculpas, todos los días la misma historia, sabe que volverá a pasar una y otra vez, y teme que esto pueda llegar a más.
Se levanta, se lava la cara, se maquilla, y otro día nuevo, se coloca su sonrisa falsa y sale a la calle como si no pasara nada pero muriéndose por dentro.
Espero que os haya gustado este pequeño relato, me gusta hacer este tipo de cosas a veces, así que habrá más, gracias por leerme una vez más, nos vemos en el próximo post !💞
Maria Alarnes.
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Triste pero cierto... el día a día de muchas parejas.
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